Tallin - Helsinki en ferry: ¡experiencia Erasmus obligada!

Cambio de aires con un toque medieval 🏰

Si estás de Erasmus en Finlandia o vas a ir próximamente, déjame decirte, antes que nada, que me das mucha, pero MUCHA envidia (sana). Viví esa experiencia en 2016 y, aunque la nostalgia nunca se termina de ir del todo, ¡al menos quiere decir que todo lo vivido fue increíble!

Por otro lado, vengo a contarte sobre uno de los planes que todo estudiante internacional debe tachar sí o sí de su checklist durante su Erasmus en Finlandia. Además de probar la sauna, darse un baño en un lago helado y probar algún deporte de nieve, el viaje a Tallin en ferry desde Helsinki es otro de los planes imprescindibles. ¿Me acompañas en este viaje nórdico? ¡Vamos!

Casas de colores en la plaza del Ayuntamiento (Tallin)

Un pedacito de la gama cromática de Tallin

Viernes: ferry y paseo sin rumbo por el casco histórico

¿Quién ha dicho que, en las escapadas de fin de semana, los viernes son un día perdido? ¡Nada de eso! Acompáñame en una travesía por aguas bálticas y en un paseo por las mágicas callejuelas de la capital estonia y empieza a entender por qué lo nuestro con Tallin fue amor a primera vista.

Travesía en ferry por el mar Báltico

Nuestra aventura comenzó en Joensuu, la ciudad que protagonizó nuestra experiencia Erasmus, así que lo primero de todo fue poner rumbo a Helsinki. Con VR, la compañía ferroviaria nacional, el servicio es comodísimo y los billetes están muy bien de precio. Si lo prefieres, también puedes ir en bus (Omnibus). De todas formas, viajé a la capital finlandesa varias veces y, sin duda, mi recomendación es el tren, que además tiene varias conexiones diarias, tanto desde Joensuu como desde otras ciudades universitarias.

Una vez en Helsinki, ¡es hora de ir al puerto! Según la naviera, tu travesía comenzará en una terminal distinta, así que fíjate bien en la información que aparezca en los billetes. Los buques de Eckero Line y de Tallink Silja Line suelen zarpar desde la West Terminal 2 y los de Viking Line salen desde Katajonokka. Ambas terminales están a menos de media hora a pie de la estación de tren y del centro de Helsinki. ¿Cómo decir que no a un paseo por la capital finlandesa antes de subir a bordo?

Tres amigas a bordo del ferry a Tallin (Estonia)

Amistades Erasmus + viaje en ferry = un recuerdo imborrable

Desembarque, paseo y flechazo con Tallin

Nada más desembarcar en Tallin, fuimos dando un paseo hasta el casco antiguo, ya que nuestro apartamento estaba en una de sus decenas de callejuelas. En cuestión de media hora, estábamos plantados frente a la Puerta Viru (Viru tänav), una vía de entrada preciosa a la ciudad vieja flanqueada por dos pintorescas torres cubiertas de enredaderas.

En cuanto cruzamos esa puerta, simplemente nos dejamos guiar por nuestro instinto y dejamos que los pies nos llevaran a donde quisieran. Completamente absorbidos por el ambiente medieval del lugar, los ojos se nos iban a los escaparates, las coquetas casitas y los puestecillos de artesanía y comida callejera. Todo parece sacado de un cuento, así que lo mejor es no ir con un itinerario fijo y dejarse llevar.

Para reponer fuerzas, cogimos algo de comida para llevar y nos sentamos a tomar unas cervezas hablando de la vida. Nos enamoramos de Tallin al atardecer y, después, volvimos a enamorarnos de su atmósfera nocturna. Después, nos fuimos a descansar, ¡había que reponer fuerzas y recargar pilas para el sábado!

Caballero medieval en Tallin (Estonia)

Tallin, un viaje a la Edad Media

Sábado: turismo, museos, buenas vistas y fiesta

Un prometedor sol de sábado nos decía que iba a ser un muy buen día, ¡y así fue! Por la mañana, «turisteamos» un poquito, dedicamos la tarde a disfrutar de las mejores vistas del Tallin y, por la noche, tocó probar la noche tallinense. Sigue leyendo y descubre todos los pasos que dimos.

Una mañana de visitas y cultura

Arranca el fin de semana en Tallin con muchas ganas de exprimir al máximo el sábado. Lo primero que hicimos fue dirigirnos a la oficina de información turística, situada justo enfrente de la iglesia de San Nicolás. Allí, nos dijeron que justo en 15 minutos comenzaba un free tour por la ciudad, ¡así que ni nos lo pensamos!

Durante 2 o 3 horas, pudimos ver y aprender más sobre la historia de esta capital báltica, visitamos lugares imprescindibles como la catedral de Alejandro Nevski, el castillo de Toompea y la catedral de Santa María. También entramos en una de las farmacias en activo más antiguas de Europa (Rarapteek), un sitio superespecial que te hará retroceder en el tiempo e imaginarte las pociones y ungüentos que se vendían en la Edad Media.

Para las almas más nostálgicas: El Erasmus, con sus anécdotas, sus amistades intensas y sus vivencias en lugares increíbles, queda para siempre grabado en recuerdos imborrables a los que te gustará volver una y otra vez. ¿Podrás resistirte a hacerte una foto en el mirador de Kohtutuotsa y su emblemático letrero «The times we had»? 🥺

Amigas en el mirador de Kohtutuotsa (Tallin)

Postal Erasmus con uno de los mil momentos que pasamos

Tarde-noche de vistas panorámicas y… ¡fiesta estonia!

Después de comer, fuimos dando un paseo hasta la iglesia de San Olaf (en estonio: Oleviste kirik). La entrada es gratuita, pero lo más interesante, sin duda, es subir a lo alto de la torre y disfrutar de la preciosa panorámica de la ciudad. Por un precio de 2 €, merece muchísimo la pena porque se trata de una vista 360° que abarca el casco antiguo, el puerto y la zona más residencial de Tallin.

Se hizo de noche y, como no podía ser de otra forma, el cuerpo nos pedía un poco de movimiento, ¡así que allá fuimos! Nos dirigimos al Mad Murphy’s, un pub irlandés en el que no faltó la música, ni la cerveza ni el buen ambiente. Hay muchísimas opciones, así que siempre puedes consultar alguna página de Facebook de estudiantes Erasmus para inspirarte y escoger el lugar perfecto para vuestra noche estonia.

Panorámica de Tallin desde la iglesia de San Olaf

Vista panorámica de Tallin desde la torre de la iglesia de San Olaf

Domingo: compras y ferry de vuelta a Finlandia

Aunque la noche del sábado fue intensa, no podíamos irnos de Tallin sin dar otro paseíto por la parte vieja de la ciudad. Aprovechamos para comprar algún que otro recuerdo y, con ese regustillo medieval bien saboreado, volvimos hacia el puerto para coger el ferry hacia Helsinki.

Consejo: Estonia es un país muuuucho más barato que Finlandia, ¡así que no dudes en aprovechar el viaje para comprar cualquier cosa que necesites!

El puerto de Tallin desde el ferry

El puerto de Tallin desde el ferry rumbo a Helsinki

Con muy buen sabor de boca y con infinitas ganas de repetir (spoiler: ¡volvimos a Tallin no una, sino dos veces más!), pusimos rumbo de vuelta a las costas finlandesas. Al final, la capital estonia, con su atmósfera de magia, sus colores y su encanto, se acabó convirtiendo en una especie de lugar ritual para hacer escapadas breves desde nuestra ciudad finlandesa.

Aunque Ferryhopper no existía por aquel entonces, la verdad es que hubiera sido genial poder comparar de un vistazo los precios, los horarios y las compañías, porque recuerdo que nos volvimos un pelín locos con decenas de pestañas en el navegador, buceando en las webs de las navieras para ver qué ferry nos venía mejor. ¡Ahora solo tienes que seleccionar fechas, escoger tu travesía y podrás reservar tus billetes en cuestión de minutos!


Sobre la autora

¡Hola! 🌞 Soy Marta, traductora autónoma, la voz de Ferryhopper en español, yoguini y mamá orgullosa —y un pelín obsesionada— de una galga. Con este revoltijo de cosas, mis días son una sucesión de palabras, esterillas, paseos, respiraciones y más palabras.

Mientras trato de convencer a la gente de que el ferry es mejor que el avión (¡porque así es!), ando planificando mi próxima aventura marítima, quién sabe, quizá con mi amor de cuatro patas. ⛵🐾